Panteón
de los Héroes |
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Catedral Metropolitana |
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Un hecho nos llamó poderosamente la atención: mientras cargábamos combustible en una gasolinera de Ciudad del Este, se acercaron dos chicos ofreciéndose para
limpiar el parabrisas del Toyota. No tenían más de 10 o 12 años y dada su escasa altura, no llegaban ni a la mitad del parabrisas. Lo sorprendente de todo ello es que
ambos estaban vestidos con ropa de Shell, con el nombre de la petrolera igual al que usaba el resto del personal adulto de la gasolinera. También había por allí otros chicos
vendiendo chucherías, pero sin uniforme. Resultaba evidente que estos dos niños trabajaban "oficialmente" en la gasolinera, de ahí que habían sido provistos de la ropa
correspondiente, aunque cinco tallas más grandes que sus cuerpos.
En nuestro viaje por Asia y en lo que llevamos recorrido de Sudamérica, hemos visto miles de chicos
trabajando, ya sea dedicados a la venta, ayudando a sus padres en las tareas agrícolas, ofreciéndose como guías turísticos, etc, es decir en actividades en donde van por
libre o junto a su familia. Pero verlos trabajar uniformados en una gasolinera resulta demasiado cruel, porque demuestra que no existe ningún tipo de control sobre un tema
tan doloroso como es, no sólo el trabajo de los menores, sino su explotación, oficializada
en este caso por una multinacional.
Llegamos el lunes por la tarde a Asunción, capital de la República de Paraguay. La zona céntrica, es decir los alrededores de la calle Palma, Oliva y Estrella, está bastante
deteriorada y tiene como único atractivo algunos edificios históricos, como el Palacio de Lopez,el Panteón de los Héroes, la Catedral y la Casa de Gobierno. La verdad es
que en 22 años esta parte de la ciudad no ha cambiado mucho...
Hacia el oeste discurre la avenida del Mariscal Lopez, y es en los alrededores de esta arteria en donde se
encuentran las viviendas de la clase acomodada de la sociedad paraguaya. Resultan apabullantes los chalets de dos y tres plantas y las mansiones que allí se levantan. Normalmente están rodeados de altos muros y hay barrios enteros, como el de Santísima Trinidad, en donde un guardia armado
está aposta en cada esquina.
Un hecho que también llama la atención es la gran cantidad de camionetas (todoterrenos) que hemos visto en Ciudad del Este y en Asunción. Tanto las viviendas a las que me referí
anteriormente como los vehículos 4x4, dan una idea del tremendo contraste existente en la sociedad paraguaya. Existe un sector de la población con un poder adquisitivo
elevadísimo, posee viviendas y coches de lujo, envía a sus hijos a colegios privados y dispone de una capacidad de consumo muy por encima de la media. Por otra parte, la
gran mayoría de la población vive en condiciones muy pobres.
Paraguay es un país en donde conseguir un puesto de trabajo es casi imposible, y la fractura social es
enorme. Para tener acceso a un puesto en la Administración Pública, hay que pertenecer al Partido Colorado, o sea el partido del ex-dictador Stroessner. Pero eso sólo no
basta, se deben tener también buenos contactos... El concepto de distribución de la riqueza no existe, tampoco el Estado se preocupa por corregir las desigualdades
sociales a través de una política impositiva progresiva.
El rico es cada día más rico, mientras que el pobre es cada vez más pobre, Paraguay es un claro ejemplo de ello.
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