Domingo 16.01.05 2230 hs
Desde Mar Azul (litoral marítimo de la Provincia de
Buenos Aires)
Han pasado 24 días desde que llegamos a Buenos Aires después
de nuestro recorrido por Paraguay, Uruguay y Brasil. Este tiempo
nos ha servido para reunirnos con amigos y familiares, recorrer
lugares de la ciudad que nos traen recuerdos de cuando aquí
vivíamos hace ya algo más de 18 años, hacerle tareas de mantenimiento al
Toyota y compartir unos días de vacaciones con amigos. Hay que
tener en cuenta que en el hemisferio sur, enero y febrero son
los meses de pleno verano.
El jueves 7 de este mes nos
reencontramos con José Santacara, el vasco que está haciendo un viaje
similar al nuestro y a quien conocimos en diciembre de 2003 en
el norte de Pakistán (ver la crónica Pakistán III). Nuestro
segundo encuentro fue en Bangkok en julio de 2004 (crónica
Tailandia I, 12.07.04 Desde Ko Lanta), y ahora por tercera vez
nuestros caminos vuelven a cruzarse, esta vez en Buenos
Aires.
El martes pasado fuimos con la madre de Luisa y su marido hasta Santa
Rosa, capital de la Provincia de La Pampa, ubicada a 610 kms
al suroeste de Buenos Aires. La madre nació en Santa Rosa y
llevaba más de 50 años sin volver, de hecho desde que se fue a
vivir a Buenos Aires nunca había regresado a su ciudad natal. A
pesar del tiempo transcurrido reconoció varios lugares de su
infancia, como por ejemplo las dos escuelas a las que asistió,
la plaza central de la ciudad y el ambulatorio (sala de primeros
auxilios), y si bien la edificación cambió totalmente, pudo al
menos ubicar el lugar en donde había vivido durante aquellos
años.
Fuimos
también hasta Carro Quemado, un pueblo anclado en el
pasado, ubicado a 100 kms de Santa Rosa y en donde nació en el
año 1900 el padre de Luisa. Desde ahí recorrimos otros 150 kms
por caminos de arena hasta llegar a Chacharramendi, un
pequeño pueblo de 150 habitantes. Es la zona que se conoce como
Pampa Seca debido a la falta de agua y a la escasez de
lluvias.
Allí visitamos la Pulpería de Feito (almacén de ramos
generales), hoy declarada sitio histórico, que se conserva
igual que cuando funcionaba entre los años 1899 y 1966. Estar
allí fue igual que trasladarse en el túnel del tiempo, todo
está como en aquella época cuando el lugar servía de centro
de reunión y aprovisionamiento y también como oficina de
correo. Puede verse correspondencia no entregada de los años
1906 y 1907, libros de contabilidad con el registro de entrada y
salida de mercadería, libretas en donde se apuntaban las ventas
diarias, envases de bebidas y galletas, periódicos y toda una
serie de elementos que reflejan cómo era la vida hace muchos
años en las pampas argentinas.
El viernes regresamos a Buenos Aires y ayer sábado vinimos con
unos amigos a Mar Azul, en donde alquilamos una casa
hasta finales de enero. Ubicado a 430 kms al sur de la capital,
es un sitio muy tranquilo, con poca gente, una zona boscosa con
calles de arena y al menos aquí no sufriremos el calor
insoportable de Buenos Aires. A mediados de febrero
continuaremos con nuestro viaje por América en dirección al
sur argentino y chileno. |