Viernes 31.12.04 1900
hs Desde Buenos Aires
Realmente estamos impresionados y consternados por la devastación
ocurrida en el sudeste asiático. Desde que iniciamos nuestro
viaje en Madrid el 2 de octubre de 2003 es el tercer golpe que
recibimos. Primero fue el terremoto que afectó hace un año a
la ciudad de Bam (Irán), en donde murieron 40.000 personas
(más de la mitad de la población total) y destruyó el 80% de
la ciudadela, nosotros habíamos estado allí un mes antes.
Luego el atentado del 11 de marzo de este año en Madrid, cuando
nos encontrábamos en Pokhara (Nepal), y ahora el tremendo
tsunami que arrasó el sudeste de Asia y que también afectó a
algunos países africanos como Somalia y Kenia.
En mayo de este año estuvimos en Penang (Malasia) y a finales
de julio recorrimos la costa de Tailandia sobre el mar de
Andamán, desde Satun pasando por Trang, Krabi, Phuket, Ko Phi
Phi, Phangnga y Khao Lak hasta Ranong en la frontera con
Myanmar. Fueron casi dos semanas por lugares paradisíacos
conociendo gente estupenda y agradable como es la tailandesa.
Anteriormente en el mes de febrero habíamos estado en
Pondicherry y Chennai (India), otra de las zonas devastadas por
los tsunamis, y recorrimos toda la costa de la bahía de Bengala
hasta Calcutta.
Al igual que nos ocurrió con el terremoto en Bam (Irán), esta
catástrofe en Asia nos afecta de una manera especial por haber
estado allí hace sólo unos pocos meses. Cuando vemos las
imágenes por televisión o a través de Internet y reconocemos
los lugares en donde estuvimos, no podemos evitar la tristeza
que nos embarga al recordar especialmente a la gente que vimos o
conocimos y con las cuales compartimos un momento de nuestras
vidas. Que habrá sido de ellos ? Es la pregunta que
interiormente nos hacemos a cada momento.
Que ha quedado de todo aquello ? Destrucción, muerte y
desolación... Pueblos enteros han desaparecido de la faz de la
tierra, aldeas de pescadores en Sri Lanka, India e Indonesia
cuyos habitantes han perdido lo poco que tenían, por no
mencionar las decenas de miles de niños y niñas que han muerto
aplastados o que el mar se los ha llevado aguas adentro.
Merecía realmente esta gente recibir más sufrimiento del que
el destino les deparó por haber tenido la mala suerte de nacer
en esta parte del planeta ?
Vuelvo a preguntarme lo mismo que en el caso del terremoto en
Bam: si realmente existe, en que estaba pensando Dios en esos
momentos ? Ya sea el cristiano, el musulmán o los hindúes,
porque para el caso da igual... No es que la Naturaleza es sabia
como siempre nos han dicho ? Y no era ya suficiente para esta
gente con tener que soportar niveles de pobreza extrema,
gobiernos corruptos, fanáticos religiosos, guerras impuestas y
los monzones que arrasan cosechas y matan cada año a miles y
miles de personas destruyendo aldeas y pueblos enteros ?, por
citar sólo algunas de las tantas desgracias que asolan a los
habitantes de esta región.
Pero hay algo que realmente no tiene explicación en el jodido
mundo en el que nos ha tocado vivir, y es la tremenda
hipocresía de los gobernantes del llamado Primer Mundo y de los
seres humanos en general. Miles de millones de dólares se
están juntando ahora para ayudar a las aproximadamente cinco
millones de personas que lo han perdido todo a causa de los
tsunamis. Pues bien, porqué esperar a que ocurra semejante
catástrofe para socorrer a esta gente si ya antes de esta
desgracia, millones de personas vivían, viven y seguirán
viviendo en la miseria más inhumana en esta parte del planeta
?
En la India mueren anualmente 2 millones de niños antes
de cumplir un año de edad, 75 millones de niños de menos de 5
años están mal nutridos y 100 millones de familias no tienen
agua en sus casas, o sea la mitad de la población. Si bien es
cierto que 145.000 víctimas es demasiado, que pasa con las 2
millones de personas que cada año mueren de malaria
principalmente en países de Africa y Asia ? En Bangladesh, 20
millones de personas comen y duermen en la calle, viven de la
mendicidad y muy pocos llegarán a la edad de 50 años.
Es preciso que mueran decenas de miles de personas a causa de
los tsunamis o de los monzones para que la comunidad
internacional reaccione ? Es un mundo injusto, egoísta e
hipócrita que sólo se conmueve cuando ve las imágenes por
televisión. Cuando ocurren desgracias como ésta se apela a la
solidaridad, y la comunidad internacional se organiza y destina
fondos y ayudas para los damnificados sin preguntarse cual era
la situación anterior a la catástrofe en países como India,
Sri Lanka, Indonesia y Somalia. Hablan de reconstrucción, se
refieren a las míseras chozas en donde millones de personas
vivían sin agua ni electricidad antes de la catástrofe ?
En resumen, está muy bien la ayuda internacional en situaciones
como ésta, lástima que los países llamados del Primer Mundo
sólo hablen de reconstrucción tras las guerras impuestas por
ellos mismos o luego de una catástrofe natural como ésta, pero
jamás se proponen actuar de manera solidaria para acabar con
la pobreza y la miseria que afecta a dos terceras partes de la
población del planeta y de la cual en parte son culpables.
Pero parece ser que la violencia, muerte y destrucción que
afectó al mundo durante este año 2004 aún nos tenía guardada
una desagradable sorpresa más. En Buenos Aires, el jueves
pasado a 20 calles de donde nos alojamos, un incendio mató a 188 jóvenes que asistían a un concierto de rock. Nadie sabe
cuanta gente había esa noche en el recinto, se calcula que unos
3.000 siendo que la capacidad era para 1.300 personas.
El fuego se originó en el techo como consecuencia de los fuegos
artificiales y la pirotécnia que los asistentes arrojaron
dentro del recinto, en un local con un portón como salida de
emergencia pero que estaba cerrado con candado. Debido a ello,
la gente no pudo salir de prisa en medio de la oscuridad y 188 murieron de asfixia, mientras que hay más de 700 heridos.
El martes anterior había ocurrido lo mismo, un principio de
incendio provocado por la pirotecnia fue sofocado en el momento
y según declaró una asistente, esa noche se encendieron unas
300 bengalas en el interior del recinto. La misma noche del
accidente, el propietario de la sala advirtió a los asistentes
minutos antes de que comenzara el concierto, que si continuaban
encendiendo fuegos artificiales en el interior, provocarían un
incendio y muchos de los allí presentes no iban a poder salir
!!!
Entre los muertos, hay bebés de meses y críos de no más de
siete u ocho años de edad. En Argentina es común que las
parejas tengas hijos a edades adolescentes y en su ignorancia e
irresponsabilidad, asisten con ellos a este tipo de eventos. En
el aseo de mujeres de la sala se improvisó una guardería en
donde por una propina dejaban a los menores y bebés al cuidado
de la encargada del lugar.
Cuesta creer todo esto, pero es consecuencia de la realidad por
la que atravieza este país. Los controles por parte de las
autoridades oficiales no existen y si los hubiera, basta con
ofrecer dinero a cambio de silencio. La prueba está en que
según un informe oficial del mes de mayo, sólo 36 de las 258
salas de conciertos que hay en la Capital cumplen con la
normativa contra incendios, aunque ello no impide que funcionen
todas.
En Argentina, los fuegos
artificiales y la pirotécnia se venden en la calle, en los
kioscos y hasta en los supermercados y la gente parece no
reparar acerca del peligro que ello conlleva, precisamente
nosotros lo comentamos con unos amigos la noche del 24. Ir con
bebés o críos de corta edad a un recital de un conflictivo
grupo de rock, dejarlos en un aseo de la sala, encender bengalas
en un recinto cerrado con las paredes y techos recubiertos de
polipropileno y gomaespuma, todo ello es consecuencia de la
ignorancia a la que grandes sectores de la sociedad han sido
condenados.
Para terminar, sentimos que no hay muchos motivos para festejar
este fin de año. La injusta e ilegal guerra en Irak que genera
cada día más muertos y destrucción, la violencia entre
israelíes y palestinos originada principalmente por una
ocupación ilegal que ya lleva más de 30 años, el salvaje
atentado en Madrid, el genocidio de Dafour con 1.8 millones de
desplazados además de los miles de muertos como consecuencia de
la guerra civil, la devastación del sudeste asiático a raíz
del tsunami, la reelección de Bush, el clima de inseguridad que actualmente se vive en
el mundo entero con atentados en Turquía, Filipinas e Indonesia
y la tragedia ocurrida esta semana en Buenos Aires, todo ello nos entristece sobremanera. Sólo
nos queda la esperanza de que el año que comienza sea más
justo y solidario con quienes más lo necesitan.
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